EDITORIAL
TIEMPOS VIOLENTOS. TRANSGRESIONES, SEGREGACIÓN, EXCESOS
JORGE CASTILLO
Psicoanalista en Córdoba, Argentina
Si alguien hubiese predicho en 1945 que no íbamos a tener guerras mundiales ni iban a estallar bombas nucleares durante los próximos ochenta años, seguramente hubiese sido tomado como el augurio de una época de paz.
Y sin embargo…
Los países potencias que antes se combatían entre sí ahora confabulan alianzas bélicas/económicas para bombardear países diminutos. Las olas de migrantes pobres rompen y se desangran contra los muros que levantan los ricos. Chernobyl globaliza Hiroshima y la multiplica por mil haciendo del cáncer la pandemia impensada y de La Naturaleza un mito que arde con el Amazonas.
Cuando en 1969, en su Seminario De un Otro al otro, Lacan señalaba la evidencia de que “vivimos en el infierno” se refería a la lógica del objeto que él llamaba plus-de-gozar y su efecto de abyección sobre el goce que agita al cuerpo del ser hablante. Este efecto —que rechaza lo más íntimo de cada uno— se completa con el retorno mortífero de la pulsión y su furia. Así la violencia, bajo la forma de la transgresión, la segregación y el exceso, se presenta siempre de manera inusitada. Si el gran Otro no existe porque fue arrastrado en la caída de los Ideales, el pequeño otro que es el semejante— nuestro hermano, nuestro prójimo— se vuelve demoníaco, obsceno, caprichoso, en definitiva… insoportable.
Psine —nuestra revista— no pretende arreglar el mundo si no interpretarlo en lo que es uno de sus espejos más veraces: el cine y sus declinaciones. Se vale para eso de la investigación sostenida por psicoanalistas de la orientación lacaniana, que envían sus aportes, de Córdoba y de diversas partes del mundo. También de críticos, realizadores, artistas en general, que forman parte de la opinión ilustrada, amiga de lo humano, que acompaña cada número.
De tal modo, el conjunto de artículos y entrevistas que el lector encontrará en esta quinta entrega, con su pléyade de voces singulares, conforman un intento sin esperanzas de abrir una pequeña ventana en este infierno de “lo que nos sucede todos los días”.
 
											
				