SECRETOS DE FAMILIA

Gigliola Foco

GRUPO DE LECTURA
Juan Brodsky
Camila Bencid
Mariano Sosa
Eugenia Destéfanis
Emilia Trinchero
Camila Díaz
Florencia Sosa
Valentina Arcos
Facundo Poleri (coordinación)

Así se llamó a este grupo de lectura del programa Cine, Psicoanálisis y Otras Miradas del Centro de Investigación y Estudios Clínicos (CIEC), coordinado por Facundo Poleri. En medio de esta pandemia, apostamos por un encuentro que Zoom posibilitó. A nuestra reunión fuimos llegando, uno a uno, los participantes de este equipo dibujando una cartografía que atravesó las fronteras de Córdoba y llegó hasta la provincia de San Juan.

Acontecen las presentaciones: Juan Brodsky, Camila Bencid, Mariano Sosa, Eugenia Destéfanis, Emilia Trinchero, Camila Díaz, Florencia Sosa, Valentina Arcos y yo, Gigliola Foco.

Las lecturas de la enseñanza de Lacan, Miller y Bassols, entre otros, hicieron de brújula en nuestro camino, produciendo una entusiasta conversación junto a distintos invitados como las películas: La misma sangre (Cohan, 2019), Vírgenes Suicidas (Coppola, 1999), Agosto (Wells, 2013), Un asunto de familia (Koreeda, 2018), La Celebración (Vinterberg, 1998), Ojos bien cerrados (Kubric, 1999), Crímenes de Familia (Schnidel, 2020), Parásito (Joon-ho, 2019), Retablo (Delgado Aparicio, 2019) y Mujeres perfectas (Oz, 2004).

Tras cada encuentro, uno de nosotros a la vez tuvo la posibilidad de tomar la palabra y escribir una reseña de la reunión que tuvimos. Cada uno con su estilo y su pluma, trazó aquellas resonancias que se habían producido, dejando la marca en el papel de las huellas de nuestro recorrido. Huellas escritas que le dieron a nuestras palabras “una duración más allá del momento del decir (…) Ese algo en la escritura que deslocaliza y también destemporaliza” (Miller, 1993, p. 7).

Efecto de ese encuentro, el del cine y el psicoanálisis, los primeros y terceros jueves de cada mes, precipitamos este escrito a partir de uno de los films cuyos detalles nos pusieron al trabajo: Agosto (Wells, 2013).

Sé-creto de Agosto

La desaparición de un padre reúne a los miembros de una familia en su casa de campo que, en el pleno verano americano y a puro sol, se mantiene oscura. Hace tiempo ya que en aquel hogar se había decidido que las cortinas no se corran y las persianas no se levanten.

Una madre y su hermana, las hijas de una, el hijo de otra. Esposos, yernos y nietos. Todos convocados al encuentro en esta ocasión. La noticia de la muerte de este hombre desaparecido y el reencuentro de las piezas de esta familia en aquel agosto, abren una grieta en la agobiante oscuridad en la que los secretos se mantenían guardados bajo llave.

Tal como nos enseña Jacques Allain Miller (1993), en su conferencia Cosas de familia en el inconsciente, aquello que mantiene unida a una familia es un secreto, un no dicho. Un secreto sobre el goce: “de qué gozan el padre y la madre” (p.12) de esta familia.

El pacto de silencio que sostenía unida a aquella pareja se rompe y, tras el entierro y su ceremonia, se suceden almuerzos y cenas familiares en los que algunos secretos se arrojan a la mesa de la mano de una mujer, Violet Weston (Meryl Streep), una madre afectada por un cáncer de boca que, con sus palabras punzantes, busca denunciar y hacer caer los semblantes. Palabras que, como dardos arrojados, cortan el aire y atraviesan a quienes las escuchan. Palabras ocultas pero sabidas, secretas, des-conocidas, rechazadas por los miembros de la familia.

En medio de aquellas reuniones, otro sé-creto se asoma. Eso que todos saben, pero de lo que nadie habla. Una sobrina le pregunta a su tía si alguien sabía sobre esto que ella le cuenta. La tía le responde “nunca lo discutimos, no lo hablamos”. Todos lo saben pero de “eso” no se habla.

“La” familia no existe: secreta ficciones

Habrá muchos otros secretos en esta novela familiar que se pondrán a jugar para el espectador de este film a través de esta lengua puntiaguda y marcada por la enfermedad de Violet. Sin embargo, entretenernos con aquellas verdades que salen de la caja de pandora de esta familia, ahora abierta, pueden hacernos caer en la trampa, en la ilusión de pensar que esos son “Los secretos” familiares. Verdades ocultas detrás de un velo que esperan salir a la luz, un velo pintado, tan verosímil que, tal como nos enseña Lacan (1964) en su Seminario XI, lleva a decir “vamos, enséñanos tú, ahora, lo que has hecho detrás de eso” (p.110).

A condición de no extraviarnos en intentar descifrar estas palabras que se dicen unos a otros, buceando en “las profundidades”, algo de esta lengua materna puede recordarnos que, tal como nos enseña Miquel Bassols (2016), la familia se erige como un “aparato de goce, un modo de resguardar el secreto del goce como innombrable, incluso como abyecto” (p.2) sobre un fondo, un fondo que no hay.

No se trata entonces de entender a ésta como una gran familia con secretos cuya armonía, armonía que no hay, vino a resquebrajarse. “Es el campo del goce femenino, el goce del Otro, el que anida en toda unidad familiar” (Bassols, 2016, p.2).

Hay en la familia entonces ese resto opaco, eso innombrable que ha dejado marcas en cada sujeto y secreta ficciones que velan lo imposible de decir.

Decimos que La familia no existe en tanto que, a partir del malentendido, no habrá la garantía última, una verdad a la cual pueda uno arribar levantando el velo.

Secreto sobre el goce, eso que no puede decirse en las palabras que escupe Violet pero que, podemos pensar, ha dejado marcas en su cuerpo, en su lengua, en tanto cada ser hablante es siervo del secreto, el secreto del goce familiar (Bassols, 2016). Unhemlich, extrañamente familiar.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Bassols, M. (2016). Famulus. Lacan XXI. Revista FAPOL Online. Recuperado de: http://www.lacan21.com/sitio/2016/10/25/famulus/

  • Lacan, J. (1964). Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 11. Buenos Aires: Paidós.

  • Miller, J-A. (1993). Cosas de familia en el inconsciente. Mediodicho N°32. Maldita familia. Córdoba: EOL Sección Córdoba.